14 de noviembre de 2011

El que no arriesga no gana y el que pierde tambien gana


PERDONÉ errores casi imperdonables. INTENTÉ sustituir personas insustituibles y OLVIDAR personas inolvidables. Me DECEPCIONÉ de personas que pensé nunca que me decepcionarían. SONREÍ cuando no podía. Hice AMIGOS eternos. LLORÉ oyendo música y viendo fotos. LLAMÉ solo para escuchar una voz. PENSÉ que me moria de tanta TRISTEZA. Tuve MIEDO de perder a alguien ESPECIAL. ¡PERO SOBREVIVÍ! Y todavia sigo VIVO! Aprendí que a veces el que ARRIESGA no pierde nada, y QUE PERDIENDO TAMBIÉN SE GANA.